El marco. Guía global de pensamientos y conductas en la seducción.
En este artículo trataremos un concepto clave en la capacidad que tenemos para influir a los demás, centrándonos en la atracción del sexo femenino. Su desarrollo se ha visto ampliamente ligado a la programación neurolingüística, a la psicología en positivo, al coaching y a la seducción. El marco o marcos de las interacciones.
La definición de marco sería el enfoque general o dirección que proporciona una guía global para pensamientos y conductas que se dan en una interacción o relación y la circunscriben. Es básicamente el significado implícito y subyacente en los pensamientos, mensajes transmitidos y acciones que presentan los individuos que se relacionan. Los marcos se basan en la perspectiva que tenemos del mundo, fundamentada por la información que tengamos sobre la situación y por nuestras creencias arraigadas fruto de la experiencia y el aprendizaje, por tanto son propios del individuo y su realidad subjetiva.
Nietzsche decía: “No existen los hechos, solo las interpretaciones”.
Una serie de marcos sólidos y estructurados apoyados en un sistema fuerte de creencias será capaz de cambiar la perspectiva de otros individuos con un sistema más débil y moldeable, ampliando o reduciendo diferentes límites y términos. Como entenderéis, una serie de marcos robustos forman parte de los rasgos que conforman una identidad poderosa y magnética.
Antes de continuar veamos un ejemplo:
Laura y Julián se conocen una noche en un bar tomando unas tapas con sus respectivos amigos. Conectan rápidamente y deciden proseguir por su cuenta la noche despidiéndose de sus grupos respectivamente y buscar juntos unos exóticos mojitos para seguir conociéndose. Ambos tienen claro que se atraen, sin embargo no comparten internamente la misma perspectiva respecto a cómo acabar la noche.
Julián no ve problema alguno para acabar con Laura entre sábanas. Para él unas horas son suficientes para crear la conexión necesaria para tener una relación sexual con alguien según la situación. Y esta situación lo merece.
Laura se siente tremendamente cómoda con Julián, pero duda qué hacer. Le apetece mucho dormir junto a él, hacía tiempo que ningún chico la trataba tan bien, pero por norma no se va con ningún chico a la cama en la primera cita. De hecho, sermonea a sus amigas por hacerlo.
Estos serían las creencias y pensamientos que conforman el marco de ellos ante la situación:
Julián:
1-El sexo no es para tanto, es tan natural como cenar con ella.
2-El sexo forma parte de conocer a una persona.
3-El sexo es positivo.
4-Tener sexo en la primera cita está bien, ¿por qué esperar? Carpe Diem.
Laura:
1-Meterse en la cama en la primera cita es de zorras. No me gusta esa visión de mí. Y si lo cuento ¿qué van a pensar?
2-¿Y si me arrepiento mañana?
3-No es normal ser tan promiscua. Las cosas deben ir más despacio y surgir con el tiempo.
A medida transcurre la cita se va insinuando la posibilidad de acabar juntos. Empieza el juego de marcos al respecto. Acabará imponiéndose el más sólido, el que cambien la perspectiva del otro. Cada uno afrontará la lucha por sus intereses ligados a sus pensamientos, que a su vez se alimentan de sus creencias. Esto se dará según cada uno de los dos plantee el tema, persuadiendo o no dejándose persuadir. Tal vez él cambie la visión de ella de la importancia del número de citas o ella le imponga un veto a intentar tratar acabar juntos en la cama, no dejándole tratar acerca de ello.
¿Qué marco NO nos conviene tratando con ELLAS?
Este marco global es causante de distorsiones, incongruencias y conflictos que tanto a nivel interno como externo provocarán desajustes, implicando objetivos contrapuestos, o sea, un auto boicot para nuestros intereses.
La gran mayoría de hombres piensa que la mujer es el reto a conseguir, que el éxito es llegar al sexo con ella, éxito que les valida como hombres, que llena sus egos y hace brillar sus autoconceptos. Para ello hay que hacer lo que haga falta, sean actos dignos o indignos, siendo sinceros con nuestras pretensiones o no. Conciben que ella es la que decide- como si ellos no pudieran rechazar porque cuantas más mejor- y su comportamiento, trato e intelecto es un añadido con poca importancia. Su decisión varía en función de nuestra belleza masculina y poder económico, y para ello es mejor agradarla y ganarse su aceptación.
Todo pensamiento o conducta conformados por una o varias de las siguientes afirmaciones que desgranan el anterior párrafo y lo amplían será un marco global o meta-marco dirigido al fracaso estrepitoso:
- Es necesario evitar el rechazo.
- Es el chico quien tiene que conquistar a la chica.
- Hay que agradarla, no hay que ser sexual ya que podría alertarse y vernos como una amenaza. Además podría reprochárnoslo.
- No hacer nada arriesgado. Por supuesto no se habla con desconocidas, ya que no tenemos su permiso y la aceptación social que lo permita. Tampoco tocarla ni besarla si no nos lo pide o indica claramente.
- Tengo la necesidad, en cuanto pueda lo haré. Las oportunidades de sexo son escasas y hay que apreciarlas como tal.
- Da igual su personalidad, ya estoy relacionándome con ella y lo importante es acabar puntuando. Me da igual conocerla de verdad.
- El cuerpo es lo que más valor tiene en la mujer. Y las mujeres atractivas escasean.
- Ligar no es natural. Es algo que hay que hacer con cautela.
- Es raro que una chica se fije en mí.
- Rechazar una mujer es de idiotas.
- La cantidad es importante. Cuanto más, mejor.
- Las mujeres atractivas siempre tienen la razón en todo. También hay que pedirles permiso.
- Ella decidirá qué va a pasar entre ambos. Yo ni pincho ni corto en la elección.
- El objetivo es conseguir su teléfono, un beso o sexo. No conocer su persona en profundidad.
- Es una buena táctica aprovechar cuando una mujer es susceptible emocionalmente.
- Ligar no es un deporte aunque a los hombres nos encante convertirlo todo en una competición.
¿Qué marco es el que nos interesa mantener?
Este marco global te hará ser percibido por ti mismo y por los demás como congruente, impulsará la lucha por tus intereses sin luchar con los de ellas, te prevendrá de ser tratado como un amigo asexual o un pusilánime y te dará rienda suelta a la comunicación natural.
Entiendo que a las mujeres les atraen los hombres y viceversa. Para mí es natural y genuino mostrar interés en ellas, interés basado en lo que ya conozco y en lo que me espero encontrar. Interés condicionado a lo que ella me genera, pudiendo aumentar o decaer según su trato, comportamiento y personalidad. Tampoco oculto mi atracción sexual. Por el momento me gusta, pero puede dejarme de gustar. No existe el rechazo como ente negativo, ya que no pretendo gustarles a todas y confío en la experiencia como el verdadero aprendizaje. Sé que conectaré con muchas, pero con otras no será de la misma forma.
Asumo que ella tendrá un interés –también variable- en mí y se lo hago saber. Es algo que ya doy por hecho desde el principio como regla de juego, mostrándome confiado, seguro y con convicción, rasgo que me hace aún más atractivo a sus ojos e incluso, si aún no lo soy ya para ella, pueda cambiar su impresión acerca de mí. Nunca debería ser una posición chulesca y arrogante, sino desenfadada y con cierto toque pueril. Esto que asumo por supuesto lo contrasto con lo que ella realmente comunica, no agobiando obcecado con un “le gusto seguro” contra alguien que no lo manifiesta de ninguna manera.
Es lo que, tras años de análisis de personalidades diversas y búsqueda de la más estricta esencia, denomino el doble marco, propio de hombres con un éxito abrumador metiéndose en líos de faldas. Lo conforman el ‘por el momento me gustas y tengo mucha expectativa’ + ‘te gusto por ahora y me das evidencia de ello’. Más adelante explicaré en un artículo algunos ejemplos que ilustren mejor el doble marco.
Por ahora veamos lo que sería un meta-marco más íntegro y sólido enfocado a correr mejor suerte al relacionarnos. Así lo concibo yo:
- Ligar es natural. No hay nada raro en ello.
- Ligar es un divertido juego (una relación no).
- Mi interés es genuino y no lo oculto.
- Espero un trato adecuado, respetuoso y educado de su parte. Puede dejar de gustarme.
- Soy exigente. Un físico a mis estándares es necesario, pero no suficiente.
- Espero implicación por su parte. Entiendo que al principio pueda tener menor implicación, pero a medio plazo la implicación debe ser la misma el uno con el otro.
- No tengo necesidad. Mi faceta sexual está bastante resuelta.
- No escondo mi sexualidad. Si me atrae sexualmente se lo comunicaré, aunque ella insista con que seamos buenos amigos prefiero que lo sepa. Es una responsabilidad conmigo mismo respetar mis intereses.
- No soy un superman, ergo no pretendo ser visto como tal. Tengo defectos y vulnerabilidades que me hacen ser una persona real y quiero ser percibido tal cual.
- Sé que el avance corre más de la cuenta del hombre que de la mujer, normalmente, por esto ayudo a que ella también pueda dar pequeños pasos y lo creemos juntos.
- Busco divertirme gustando y también gustándome a mí mismo, viéndome directamente o reflejado en sus reacciones ante mí.
- No busco que ella me apruebe. (Ojo, sí sexualmente). Yo me apruebo, yo me gusto.
- La aceptación de los demás tiene una relativa importancia. A veces tiene mucha, otras no tanta, pero no puedes vivir centrado en ella.
- Los rechazos cuentan positivamente, son experiencias y anécdotas del mañana.
- Pienso en positivo, presupongo que está interesada en mí y que a medida que me vaya conociendo más lo estará.
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