Consultorio: ¿cómo vencer la eyaculación precoz? – por Alba Valle
Un chico nos ha pedido ayuda en el consultorio con este frecuente problema. Por suerte, Alba Valle, nuestra psicóloga clínica experta en sexualidad y terapia de pareja nos va a dar una detallada explicación de qué hay que saber y cómo afrontarlo. Os dejo con su respuesta:
Las relaciones sexuales se caracterizan por un torrente de sensaciones que varía a lo largo de diferentes etapas mediadas por el deseo sexual que tinta el momento.
Todo comienza con la atracción que nos lleva a la acción, y la excitación comienza a invadir todo nuestro cuerpo y mente hasta que llega un orgasmo en mayor o menor tiempo debido a diferentes factores como pueden ser el consumo de fármacos, drogas (alcohol), el cansancio, el conocimiento del propio cuerpo y de la propia respuesta sexual y una multitud de aspectos psicológicos entre los que destaca la autoestima y el autoconcepto (íntimamente ligado a la ansiedad ante las situaciones sexuales).
Hablar de eyaculación precoz como un problema es sumamente subjetivo, ya que ¿Cuánto se ha durado de poco tiempo? ¿Cuánto se mantiene la excitación? ¿10 minutos o quizá 4? ¿Cuando sólo se pueden llevar a cabo 7 penetraciones, o quizá 2? ¿Cuando no se aguanta mucho tiempo recibiendo sexo oral o sólo cuando no se aguanta mucho tiempo durante las penetraciones? ¿Basta con que pase alguna vez o tiene que ser extendido en el tiempo? ¿Con una sola persona o con todas con las que se tiene sexo? Es tan relativo… que no hay consenso.
Todo depende de la propia persona, de la pareja sexual y de la situación. El criterio para hablar de problema es simplemente que genere sufrimiento o que imposibilite tener relaciones sexuales satisfactorias a solas y en pareja. ¿Qué importa si a lo mejor no se puede aguantar 15 minutos de coito posteriores a media hora de preliminares altamente satisfactorios para ambos? No hay nada que vaya mal, salvo que uno mismo compara su experiencia con lo que ha visto, escuchado o con el esquema que en su mente se ha constituido como una relación sexual “normal”. Así, la eyaculación precoz nace como un problema de ansiedad (de nerviosismo) ante las relaciones sexuales en las que previamente uno ha valorado que no ha rendido adecuadamente.
Imaginémonos a un chico (Pablo), que en una noche de sábado sale con sus amigos y se pilla una buena entre cerveza y cerveza. A lo largo de la noche conoce a una chica con la que acaba intimando, y a la hora de tener relaciones, tras unos pocos preliminares, llega a un orgasmo al cabo de unas pocas penetraciones. Él considera que no ha rendido como le gustaría, y se siente avergonzado y culpable. Puede que esta sensación haga que Pablo no vuelva a llamar a esa chica para no correr el riesgo de que vuelva a ocurrir (miedo), o puede que quede, pero vaya preocupado de que vuelva a ocurrirle (ansiedad). ¿A qué nos lleva esto? A que cuando Pablo vuelva a estar con otra chica en una situación similar va a estar muy pendiente y preocupado por no “correrse”, y eso va a hacer que fácilmente se le escape de las manos y tenga un orgasmo antes de lo que él quiera. Con lo que va a volver a sentirse avergonzado, la ansiedad ante esas situaciones aumentará y será justamente lo que mantenga ese problema.
¿Cómo se puede controlar el orgasmo y la eyaculación masculina?
Para solucionar un problema el primer paso es detectarlo, el segundo comprenderlo y el tercero atajarlo.
Para comprenderlo cada uno tiene hacer un propio “insight”, una introspección de las situaciones en las que le ha ocurrido, en qué momento ha sido, cuáles han podido ser las causas, cómo se ha sentido en ese momento, etc, para ir viendo qué relaciones se han constituído en esa historia en concreto.
Por otra parte es importante conocer cómo es la respuesta sexual masculina, pero por cuestiones de extensión, no es este el espacio en el que corresponda explicarla a fondo, salvando recordar que el orgasmo es un proceso mental, y que todo depende de los juicios y sensaciones que vayamos generando a lo largo de la relación. Si durante la relación nos aparecen pensamientos y emociones negativos derivados de experiencias previas y nos apegamos a ellos escuchándolos y viviendo, dejamos de vivir el momento presente (la relación sexual), y es lógico que el cuerpo no reaccione como cuando realmente se está disfrutando conscientemente en el aquí y ahora la excitación y el placer. Por eso, uno de los pilares principales en los que uno ha de trabajar, es tratar de estar en el momento presente durante esas relaciones, disfrutando y controlando el placer al margen de los pensamientos o emociones que se vengan encima.
Bueno ¿y cómo controlar el placer? – os preguntaréis. Pues hay diferentes técnicas.
Entrenar la respiración será básico para evitar que el cuerpo se envalentone y se pierda el control. Trata de respirar por la nariz de manera natural y calmada acompañando a cada penetración, y si notas que el orgasmo está muy cerca (con la práctica aprenderás a detectar en qué punto tu cuerpo tiene el orgasmo irremediablemente, y tu corazón, tus músculos y tus sensaciones te ayudarán a darte cuenta de cuándo debes bajar la intensidad), una vez con el pene dentro, espera unos segundos y respira hondo mientras muerdes la punta de tu lengua con los dientes para que la energía sexual se desplace de los genitales a la boca antes de retomar. Esta es una técnica muy sencilla que da grandes resultados en muchos casos. Si se necesita un parón mayor, otra manera es que cuando se detecte el punto de no retorno (en el que la eyaculación es inevitable) se saque el pene y se apriete con tres dedos el frenillo o la base del pene (los resultados dependen de cada cuerpo) durante unos segundos hasta que la excitación baje un poco, o ejercer una presión fuerte con los dedos en el periné (el espacio de piel que se encuentra entre los testículos y el ano), que es un punto de control de los orgasmos masculinos.
Estas son algunas de las técnicas naturales más efectivas y que sirven para el entrenamiento y para controlar el rendimiento el tiempo que se desee. No obstante, hoy en día se comercializan todo tipo de productos entre los que hay lubricantes retardantes de la eyaculación para los hombres. Mi opinión es que una ayuda puede estar bien en según qué momentos, pero algo externo nunca será la solución, ya que te convertirás en un esclavo de ese producto por no tomarse la molestia de escuchar al cuerpo, aprender de él para ser libres y poder disfrutar de la sexualidad sin límites ni miedos.
Si tu vida sexual no es como te gustaría y la eyaculación precoz te está afectando, no te avergüences y no te preocupes más de lo que debieras, sólo ocúpate de ello, porque no merece sufrir y mantener en el tiempo algo con tan fácil solución. Lo que ocurre es que cuando uno tiene un problema está en un pozo en el que se pierde perspectiva, pero a la vista de un profesional el camino de la solución se ve a un golpe de vista. Los problemas significan oportunidades para el cambio, trata de escuchar lo que tu cuerpo y tu mente te está diciendo y así te harás libre. Recuerda las técnicas, prueba en casa mientras te masturbas y ve centrándote en las sensaciones que tienes para detectar en qué momento te viene mejor una u otra.
Si aun así te sigue afectando. Aquí o en otro lugar un profesional te podrá ayudar sin ninguna duda.
Espero que este artículo haya sido de ayuda para todas aquellas personas que alguna vez se hayan visto o se vean en una situación similar, para comprender por qué ocurre y para que las chicas o chicos que estén en esa relación sexual con la persona que tiene el problema, se haga cargo también y pueda tomar la iniciativa de usar las estrategias de la presión en la base del pene o del periné. Del resultado de una relación sexual siempre serán responsables dos personas (por lo menos), no nos olvidemos de ello.
Un saludo a todos y… disfrutad… con control, en el aquí y ahora.
Alba Valle
Si queréis una constestación a alguna duda, no dudéis mandárnosla. Consultorio de LOSYLAS.ES
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