Le intereso. El contexto. Indicadores (I)

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Empezamos con una tanda artículos hablando de indicadores variados que nos ayudarán a identificar si la persona que tenemos delante quiere compartir algo más que una charla, un café o un paseo. Todos deseamos saber por las arenas en las que nos movemos y por desgracia aún no se ha inventado la aplicación en el móvil que al echarle una foto a la persona en cuestión nos revele sus ganas de arrancarnos la ropa. Animo a los diseñadores de aplicaciones a llevar a cabo tan ardua tarea, mientras tanto, nos queda basarnos en la experiencia acumulada y en algunos tips que nos serán de utilidad.

Empecemos pues con algunos comportamientos y situaciones básicas y a la vez sumamente importantes que la mayoría deja pasar por alto. Recordad que para poder potenciar nuestra habilidad de comunicación la observación es CRUCIAL. Seremos unos Sherlock Holmes que, lupa en mano, desmenuzarán mentalmente cada huella, pista y gesto, atribuyéndole unas posibles causas y consecuencias.

Hoy nos centraremos en la lectura del contexto. El contexto de las situaciones.

Hemos quedado hoy con alguien que conocimos hace unas semanas. Nos hemos intercambiado algunos mensajes desde entonces y hasta ahora no habíamos encontrado un hueco para quedar. Esperamos en el sitio acordado. Una plaza al aire libre. Llega tarde. No muy tarde, pero levemente tarde. Estamos algo nerviosos, por supuesto. Es un martes a las seis de la tarde. Viene guapísima ó guapísimo (cada uno imagine su situación). Damos un paseo de media hora y acabamos tomándonos un mojito al melocotón en un bar famoso por sus fabulosos gin tonics y sus mojitos caribeños.

Con este pequeño y poco detallado párrafo ya podemos saber mucho. A las mujeres leer el contexto normalmente se les da mucho mejor que a la mayoría de los chicos. Son más observadoras y empáticas. Aun así suelo apreciar que la mayoría de la gente, mujeres y hombres, cuando lo viven en su propia piel la experiencia en primera persona les destruye por completo toda conclusión sencilla proveniente de la observación, al contrario de cuando lo ven desde fuera, que son capaces de hacer un diagnóstico básico de un ‘le gustas’.

Importante: Si crees que es, lo más seguro es que lo sea. El principio de la Navaja de Ockham es aplicable a la percepción del interés. Es un principio metodológico y filosófico que se le atribuye a Guillermo de Ockham, a partir del cual, en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta. Por tanto, si creemos que varias pistas o hechos pueden provenir de que él o ella se siente atraído hacia nosotros, lo más normal es que esto sea así. Veamos pues, punto por punto la situación ejemplo:

–          Nos hemos citado un martes por la tarde tras un tiempo de semanas de mensajes: sin duda esta persona ha tenido tiempo de darle vueltas a si es buena idea quedar con nosotros. Ha releído los mensajes. Ha rememorado la vez en la que os conocisteis y os pasasteis los teléfonos. Ha decidido quedar, luego tiene interés.

–          Ha venido muy arreglada o arreglado. Ponerse un atuendo apropiado que nos haga atractivos, elegir concienzudamente los complementos, peinarse, pintarse, echarse perfume, etcétera lleva tiempo. Más para las chicas que para los chicos, pero aun así dedicación hay que ponerle. Y esto no se hace a la ligera. Si ha venido así es por ti. Puede que se excuse diciendo que ya se había puesto así por la mañana. Dudadlo.

–          Un martes por la tarde tomando un mojito al melocotón. Que nos estemos tomando una bebida alcohólica en compañía por supuesto no es sinónimo de que haya atracción. Pero que un par de personas que pueden atraerse estén bebiendo un martes por la tarde desvela que pueden mirarse con buenos ojos. El alcohol es un buen desinhibidor. Ayuda a controlar mejor los nervios y a lubricarnos socialmente para decir y hacer lo que de otra manera difícilmente haríamos. Otro tipo de bebida, como batido de chocolate, pues no da mucha pista. Al no ser que tengamos a Charlie el de la fábrica delante y queramos impresionarle. ¡Oh Charlie, qué casualidad, yo también adoro el chocolate!

Como veis, la lectura del contexto puede ser muy reveladora. Añadir que todos los detalles se leen en conjunto y no por separado. Esto es solo un ejemplo muy simplificado, en uno real podríamos desmenuzar muchos más puntos.

Lo importante para vosotros en realidad es que seáis positivos y os creáis que sí que tenéis posibilidades. Esa visión optimista os ayudará mucho generando un comportamiento más seguro y confiado.

Próximamente escribiré el siguiente artículo de la serie Le intereso. Espero que os guste. Estaremos atentos a vuestros comentarios en la web, Facebook y Twitter.

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