Siendo de carne y hueso. Mostrándonos vulnerables.
Eres un actor rico y famoso de Hollywood en una fiesta en tu honor. Todo el mundo te saluda. Te felicitan por tu última película. No paras de hacerte fotos con diferentes personalidades. Robert de Niro te cuenta un par de chistes verdes mientras se fuma uno de sus puros y Will Smith insiste en que le huelas el sobaquillo afirmando que le parece oler a gamba. Logras deshacerte de ellos para poder seguir la conversación con esa paparazzi infiltrada de ojos verdes que tanto te ha llamado la atención. Os escapáis a la terraza con un par de copas del mejor champán. Ella te mira con ojos como platos. Tú para ella eres de las estrellas, se siente abrumada ante tu portento. Ella te gusta. Te cautiva. No obstante, sientes que para ella hay un muro entre los dos. Tu valor la ciega y no se siente cómoda, casi no habla, y quieres conocerla con profundidad.
¿Cómo puedes crear más cercanía permitiendo que se abra más y el lazo sea más sólido?
Puede ser que tu vida sea de ensueño. Seas el tío más guay del mundo, tengas un trabajo increíble, una finca con caballos, un mini-submarino y un pastor alemán. Tal vez tengas una capacidad emocional muy estable y una fortaleza mental grandiosa. O no, y simplemente seas un tío normal y corriente que le gusta mucho a una muchacha y lo nota. Sea como sea, seguro que tendrás tus momentos en los que te sientas vulnerable.
La perfección nunca es perfecta. Los hombres más atractivos no temen llorar ante una mujer.
Ábrete para que la persona que tienes delante se abra. No tengas miedo al decir que te sientes mal últimamente por tu situación familiar, que desde que murió tu abuelo has estado raro o que tienes mucha presión por tus estudios y te has comportado algunas veces como un idiota.
Nos hace percibir como humanos sensibles y que podemos ser empáticos, porque tenemos vivencias de carácter emotivo. También es un acto de confianza en el otro. Un depósito de información confidencial. Esto conmueve. Además demuestra que tenemos tantas virtudes que no nos importa mostrar puntos negativos, lo cual aupa nuestra valía a sus ojos aún más. Si somos sinceros con lo malo, será que también lo hemos sido con lo bueno.
Mostrarnos vulnerables es un catalizador sentimental. Muy poderoso ciertamente. Crea mucho impacto, genera gran complicidad, comodidad y confort, por tanto su uso a la ligera con cualquiera podría hacer daño. Ojo. También es válido para forjar buenas amistades.
El momento, así como su uso nos lo da la experiencia. No vayas mostrando tus vulnerabilidades muy temprano. Tampoco en cantidades elevadas. Pecarás de ser un chupóptero emocional que busca ser consolado por su terrible existencia. Lo justo.
Mostrar que nos hace susceptibles no es una herramienta, manipulación, estrategia, truco o artimaña. Bien es verdad que más de uno lo usará como tal. Es simplemente una parte del proceso, que está bien conocerla y analizarla. Muchos hombres, gallitos de corral y pechos lobo, la obvian por mostrarse supermanes, impidiendo que se puedan relacionar y comunicar de una manera más natural y efectiva.
Terminaré escribiendo cómo continua un poco la conversación en la terraza. Los personajes empiezan a conectar:
Tú- Me lo estoy pasando bien. Aunque estoy un poco harto de estas fiestas. La compañía para la que trabajo las utiliza para dar mucha propaganda en todo tipo de revistas y me hace sentir un poco utilizado.
Ella- Comprendo… Aún así, se te ve siempre un hombre muy contento y muy entero.
Tú- Bueno, creo que te equivocas. Sé que puede parecer que no me puedo quejar, pero cuando empecé a hacer teatro en el colegio no me imaginé que esto sería así. Tengo mucha responsabilidad, todos los ojos están puestos en lo que hago y siento que podría cagarla en cualquier momento. Además, me doy cuenta de que mi personalidad a veces no es la mía y me da miedo no ser yo mismo. Tengo mis bajones, aunque los oculto a los ojos de la mayoría ¿te has sentido alguna vez así?
Ella- Sé lo que dices. En mi anterior trabajo era un poco así… Mis compañeros me presionaban mucho, y además estaba pasando una mala racha familiar, pero tenía que poner buena cara. Era mi trabajo.
Tú- Me gusta que me entiendas. Y además está eso, la familia. Cada día me alejo más y más de ellos. Creo que me voy a tomar unas vacaciones y voy a pasarlas con mis padres y mis sobrinos. Les debo mucho, y se merecen que les dé una pizca más de atención.
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