¿Tienes demasiada disponibilidad?

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La conociste y le invitaste a los dos días a dar un paseo, otro día le propusiste ir al cine y otro ir a tomar un helado. Parece que siempre le venía mal porque ya había quedado, tenía un cumpleaños o se iba a su pueblo.

Cuando tú le escribes tarda en contestar. Sabes que ha leído tus mensajes y que directamente no los contesta. En cambio tú los contestas a la primera. Además dejas la conversación con una contestación abierta para que te deba contestar y la conversación continúe.

Cambias algunos planes por hacerle un favor, por coincidir con sus horarios y dedicarle un rato. Unas veces te privarás de una siesta que necesitas, otras recorrerás kilómetros en coche, te levantarás tempranísimo o te perderás tu partido de tenis semanal. También gastarás más de lo necesario.

Accedes a ir a actividades a las que no irías ni aunque te pagasen, como por ejemplo ir a una fiesta en la que no pintas nada, y no lo haces por expandir tus límites culturales o sociales. Lo haces por estar con él o ella.

¿Te suenan estos ejemplos?

Seguro que sí. A todos nos pasa alguna que otra vez (o muchas). Tiempo, dinero, adaptación… Lo que ocurre es que estamos tan interesados que le damos una importancia extremadamente alta en nuestra vida. Cambiamos el orden de prioridades de lo que nos gusta y lo que nos apetece en función de él o ella. Nos convertimos en marionetas de madera. Somos ratas en son de la puñetera flautita del dichoso Hamelín.

¿Cómo nos percibirá?

Nos verá con excesivo interés y necesidad, porque lo tenemos. Sabe que puede manejarnos a su antojo, que estamos a su merced. Tal vez piense que somos un poco pesados, o simplemente le caemos bien y podríamos rellenar algún hueco de mínima importancia en su agenda.

¡Imaginad que vida creerá que tenemos! ¡Qué aburrida! Sin un plan que nos ponga el NO ipso facto en la boca y le demuestre que tenemos más cosas que hacer a las que les otorgamos más prioridad.

Queremos que tenga tantas ganas como nosotros. Vamos por mal camino para hacernos con el lugar que queremos ocupar en su mente.

¿Qué podemos hacer?

Empecemos a poner el NO en nuestra vida.

Olvidaos de aprovechar la mínima oportunidad que tengáis para complacer. Decidle que NO, que NO os apetece hacer eso, que estáis cansados porque vuestro día ha sido muy largo, que ya tenéis planes o que directamente el plan no va con vosotros y preferís quedaros leyendo.

Os testearán la decisión. Insistirán en su propuesta, trabajarán en convenceros. Tened en cuenta que la diferencia entre la personalidad sumisa-débil y la personalidad desarrollada con carácter es evaluar qué queremos realmente y mantenednos en nuestra posición. Nade de buscar la aceptación.

El NO te ayudará a convertirte en un desafío, en un anhelo, en una fantasía. Mostrará una personalidad decidida, carismática y con carácter fuerte. Propia de alguien que sabe lo que quiere y que tiene opciones.

Puedes tratar de fingir que tienes una vida llena de actividades que te apasionan, pero será como un tío aburrido que se aprende dos chistes buenos. Hará reír dos veces. Luego sabrán quien y como es. Esto no quieres que te ocurra.

 Ten tu vida llena de amistades que te completen, de actividades que te diviertan muchísimo, de trabajos que te hagan desarrollarte y de potenciales parejas que no lleguen a más que una posibilidad que no eliges.

TEN UNA VIDA Y LUEGO ADÁPTALA EN SU JUSTA MEDIDA A LA VIDA DEL OTRO EXIGIENDO QUE SEA RECÍPROCO.

La manera de exigirlo no es diciendo: “tío, o me invitas a salir tú a mí, que yo ya te he invitado dos veces y no me has hecho ni caso, o te mando a la m…”. Esto es reactivo, también es disponibilidad total.

La manera correcta es exigiéndonos a nosotros mismos que nos relacionaremos con personas que nos devuelvan ese interés. Él o ella ya sabe que tenemos interés. Dejémoslo en sus manos. Si quiere buscará un hueco y vendrá tras nosotros. Será por gente que sí que quiera dedicarnos tiempo.

Otra cosa es que ya haya más confianza, en ese caso si podemos decir “oye, siempre andas liado y siempre te propongo yo hacer cosas. No me gusta andar detrás de nadie. Espero que lo entiendas”. ¿Acaso no se lo dirías con naturalidad a un amigo? Pues lo mismo.

Un ejemplo real

Mientras escribo el artículo he estado hablando con una amiga y lo que me cuenta va de perlas para ilustrar el artículo. Con su permiso concedido, veamos:

 Ella hace tiempo había quedado con un francés para ir en un festival en Madrid. El muchacho había estado desaparecido hasta el día antes de que el festival empezara. Se había ido de viaje descuidando completamente el móvil y hasta el día previo no confirmó su asistencia. Sin embargo no acudió. ¿Quedó descartado completamente y olvidado el chaval francés?

Os copio lo que ella me cuenta veinte días después del festival:

“pues me contestó que venía al festival… después no vino y ya no me volvió a contestar ni miró el facebook hasta ayer…

q se quedó en un encuentro hippie

esta loco loco, pero es un encanto y me encanta!

jajaj

ahora se va un tiempo con su madre y ayer decidí que iría a verlo

que tengo muchas ganas ya”

 

O sea, el chico eligió no ir al festival tras confirmar su asistencia, se fue a un festival hippie, no dice nada hasta pasados veinte días y ahora ella se plantea ir a verlo con unas ganas increíbles.

Permitiré que saquéis vuestras propias conclusiones y las comentéis en la sección de comentarios de aquí abajo, ¡al no ser que tengáis algo mejor que hacer!

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