Consultorio: me dan su número y luego pasan

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Hola Lucas. Me llamo Miguel. Te cuento un poco lo que me ocurre a ver si me puedes proponer alguna solución. Muchas chicas que conozco cuando salgo, normalmente por el día, por ejemplo en el autobús, me dan su teléfono y luego pasan. ¿Cómo podría evitar eso? Quiero decir, cómo le comunico a la chica que si no quiere dármelo, o luego va a pasar de mí que no me lo dé porque así no pierdo tiempo. Muchas gracias y un saludo.

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Hola Miguel. Intentaré responderte de la mejor manera posible.

Para empezar, has de tener claro que la clave de volver a quedar con una chica no reside en el momento en el que le has pedido el teléfono y las frases que lo envuelven. Es todo el proceso en sí lo que hará que esa persona quiera saber más de ti o no, además por supuesto de su actual contexto personal.

Me comentas que muchas chicas te dan su número de teléfono y luego pasan completamente de ti. ¡Qué gentuza! ¿Verdad? Jejeje. Sí, esto es algo que pasa a menudo, y ocurre por diferentes motivos. Principalmente son rechazos disfrazados de avance. Las chicas, en su extrema y sutil habilidad para librarse cómodamente de chicos interesados, prefieren proporcionar una vía de escape como alternativa a un rechazo directo. ¿Para qué van a decirte directamente “Tío, paso ahora mismo de ti” si pueden simplemente pasar de tus mensajes y llamadas hasta que te canses de intentarlo? Te vas tan contento pensando que ha ido bien y así ella se evita un posible conflicto de egos propia de un hombre dolido. Otras veces te dará el teléfono porque en el momento no le parecerá una terrible idea tomarse algo contigo durante la semana ya que le pareces majo, o por lo menos, no cerrar la opción. Sin embargo la idea se disipa con los días si aparecen otros planes – la pereza también puede condicionar –  ó si son tímidas o desconfiadas esos sentimientos acordes a estos rasgos se ensalzan mucho si la interacción fue corta; y vuelta a lo mismo, na de na, desilusionador. Otro cuelgue al historial.

Me estás preguntando cómo vencer el primero de los casos, es decir, cuando el hecho de darte su teléfono es un rechazo camuflado. Veamos qué podemos hacer para tratar de evitar esto.

Ten claro que tu objetivo no es recopilar su teléfono, sino conocerla a ella. Avanzar con ella. El teléfono no es más que una solución logística para comunicaros durante el puente temporal que se va a producir, pero debe de haber una finalidad. No es tenerlo por tenerlo, tú estás interesado en ella y estás interesado ahora. El que te dé su teléfono es una consecuencia, no una finalidad. Una consecuencia de un plan, y éste es veros de nuevo cuando sea posible. Por tanto, la próxima vez que le pidas el teléfono a una chica trata de que sea consecuencia de haberle propuesto algo más o menos específico, un plan concreto para un tiempo aproximado. A ser posible no propongas un simple café. ¡Ten una expectativa alta hombre! Estás conociendo a una chica que podría llegar a ser importante para ti. Puedes preguntar qué le parece y si le apetece. Su respuesta verbal y no verbal te indicará mucho. Estás haciendo que invierta, no solo dejándose llevar por un “sí, toma el número, ya hablaremos”; si no le interesas mucho no le será tan fácil disimular, vacilará y empezará a poner algunas objeciones simples sin darles solución. Situación compleja que algunas -muy pocas- veces podrá acabar bien. Así ya estás autoavisado de que puede ser una ‘pérdida de tiempo’ como tú dices, y puede ser que prefieras dejar de intentarlo con ella. De todas maneras, ante todo prueba, igual has calibrado mal su reacción y te sorprendes. Pase lo que pase, aprenderás.

 

Esto sería un pequeño ejemplo de una situación que vaya bien:

-Pues Elena, me tengo que ir, mis amigos deben estar maldiciéndome por llegar tarde a la cena. ¿Te apetecería que fuéramos a dar un paseo por la tarde el jueves o el viernes de esta semana? Es muuuuuy agradable hablar contigo.

– Vale, me parece bien. El viernes porque el jueves tengo clase.

– ¿Clase?

– Sí, de piano. Estoy empezando.

– ¡Cómo mola! Vale, el viernes pues. Espero que no llueva, tengo un paraguas muy femenino y muy de abuela. Dame tu teléfono y ya nos decimos dónde, la hora, etc.

– Apunta. Seis…

– Ok, te doy un toque para que me tengas. ¿Y cuánto tiempo llevas en las clases de piano?

– Un año más o menos. Es difícil, sobre todo porque yo no he aprendido desde pequeña, pero me encanta.

– Yo algún día empezaré con la guitarra. Me voy a dejar melena, me compraré la mejor chaqueta de cuero y tocaré en bodas, bautizos y comuniones.

– Jajajaja, que idiota. Pero sí, molaría.

– ¡Claro! Pues el viernes nos vemos. Me voy corriendo que me van a matar. Un beso. Hasta luego Elena.

– ¡Chao!

 

Espero que te haya servido. Ya sabéis los demás que podéis mandar vuestras consultas a info@losylas.es o en el consultorio.

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Un saludo a todos.

Lucas

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